Debido a la grasa localizada y la flacidez, el lipedema a menudo se considera obesidad o sobrepeso. Pero estamos hablando de condiciones diferentes.
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El lipedema es una enfermedad vascular crónica mucho más común en mujeres, que tiende a aparecer en la pubertad, durante la gestación o después de la menopausia. En resumen, hay hinchazón y acumulación de grasa, especialmente en las extremidades inferiores.
“La grasa del lipedema suele ser dolorosa y se concentra en caderas, muslos y pantorrillas. También pueden aparecer algunos pequeños nódulos”, explica Andrea Ferri Catib, nutrióloga, especialista en medicina deportiva y miembro de la Sociedad Brasileña para Estudios de Fisiología (Sobraf). “La aparición de hematomas, muchas veces incluso sin un traumatismo, es común”, añade. El paciente también puede tener hipersensibilidad al tacto, laxitud ligamentosa y mucha flacidez en la piel.
Otros síntomas incluyen desproporción entre piernas y tronco, celulitis, sensación de peso en las piernas y cansancio. Con el tiempo, existe riesgo de deformidades y problemas de movilidad.
Según Andrea, la grasa de la obesidad se distribuye de manera más uniforme en el cuerpo. Y también se elimina con menos dificultad mediante dieta y actividad física, lo que no sucede en casos de lipedema. Además, esta enfermedad no siempre está relacionada con el exceso de peso.
“Probablemente, exista una conexión genética, pero aún no se ha identificado ningún gen específico. También parece haber una relación con el estrógeno, ya que afecta prácticamente solo a mujeres y, normalmente, en etapas en las que hay un aumento de esta hormona, como en la pubertad y la gestación”, afirma Andrea. “En hombres, los pocos casos reportados en la literatura médica eran de pacientes que presentaban problemas hepáticos o deficiencias de testosterona”, añade.
El tratamiento del lipedema requiere un equipo multidisciplinario, compuesto por angiología, cirugía vascular, nutricionista, fisioterapeuta y, en algunos casos, psicólogo. También se realizan exámenes para detectar enfermedades endocrinológicas que podrían causar síntomas similares.
Según Fernando Amato, cirujano plástico y miembro de la Sociedad Brasileña de Cirugía Plástica (SBCP), la cirugía debería ser la última opción: “Solo después de intentar el tratamiento clínico durante un tiempo, deberíamos considerar la liposucción”.
Además del seguimiento multidisciplinario, se recomienda evitar el consumo excesivo de alimentos como carnes de cerdo y vaca, embutidos, refrescos, bebidas alcohólicas y productos industrializados, que pueden intensificar la inflamación del lipedema. Por otro lado, el ejercicio físico es muy beneficioso.